El origen y el fin del mundo

WIRIKUTA: el origen del Universo y de la Vida

Si tan sólo 25 kilómetros de carretera, de piedra toda, lo separan a uno del origen del mundo, entonces el esfuerzo vale la pena. Pero para llegar a Leunaxü, uno de los lugares sagrados de Wirikuta, conocido como el Cerro quemado, todavía falta pasar por las entrañas de la tierra. En carretón, halado por una mula.

Un angosto túnel, reminescencia de una antigua mina, desemboca después de 2800 metros sobre el pueblo de Real de Catorce, en la zona norte del Estado de San Luís Potosí.


Y a partir de ahí, hay que subir la montaña, a pie o a caballo.

Para el pueblo indígena Wixarika, también conocido como huichol, Wirikuta es un territorio sagrado donde se teje y se sostiene la esencia de la vida del planeta. Según la cosmogonía de los wixarikas, en este desierto habitan las deidades y los espíritus ancestrales, y fue en Cerro quemado que por primera vez salió el sol, cargado en los cuernos de maxa, el venado sagrado, dándole luz al mundo.


Busqué a quién me guiara, hasta que encontré a Miguel. Gentilmente me preparó un caballo y me acompañó hasta arriba. 

En Wirikuta, todo es sagrado: cada planta, cada animal, cada manantial, cada cerro. Es mucho más que un desierto, posee un ecosistema único en el mundo, de clima seco estepario, donde una gran proporción de su flora y fauna es endémica, es decir que se da solamente allí. En particular concentra una gran diversidad de plantas cactáceas, entre ellos el peyote o jícuri, un cactus que los indígenas huicholes ingieren ritualmente para recibir el “don de ver” o nierika.   

Cada año, desde los cuatro puntos cardinales, desde Jalisco, Nayarit, y Durango, las comunidades wixarika peregrinan hacia Wirikuta para conectar con la naturaleza y sus ancestros. Terminan su recorrido subiendo al Cerro quemado, en la sierra de Real de Catorce, donde realizan rituales en la espiral de la vida, y presentan ofrendas a sus dioses. 

En 1998, Wirikuta fue incluida por la UNESCO en la Red Mundial de Sitios Sagrados Naturales; y en el 2001 fue declarada Reserva Ecológica Natural y Cultural, definiendo como área protegida una superficie de más de 140,000 hectáreas.


Sin embargo, Wirikuta ha sido amenazada desde hace años por la presencia de empresas mineras, no sólo por la explotación de la tierra que hacen en busca de minerales en ese territorio sagrado, sino por los desperdicios que generan y confinan al aire libre.

  
Respondiendo a los intereses de los grandes capitales, la mayoría extranjeros, el gobierno mexicano ha venido otorgando concesiones de exploración y explotación minera de manera masiva. Según cifras oficiales, más de 22 millones de héctareas en el país han sido concesionadas, lo que representa 10% del territorio. La mayoría de estas concesiones son hechas a mineras canadienses y a sus filiales mexicanas que suman más de 250 compañías.  


Wirikuta no escapa a esta realidad donde el gobierno ha ignorado deliberadamente la designación de este territorio sagrado como reserva protegida. El total de las concesiones están agrupadas en 4 grandes proyectos mineros, entre ellos el de la minera canadiense First Majestic Silver y su subsidiaria Mineral Real de Bonanza, SA de CV, para que explote las venas de metales preciosos de la zona, en particular de plata. 

Con sus instalaciones y casas de campamento en la comunidad de "La Luz", First Majestic Silver muestra su firme intención de avanzar con su proyecto.   


En su  documento de presentación corporativa, la empresa First Majestic Silver tiene el descaro de aminorar los impactos ambientales que tendrían sus actividades y al contrario, se presenta como una empresa comprometida con la transición ecológica y defiende que la explotación de plata es una vía de futuro para contrarrestar el cambio climático.


Afortunadamente, el pueblo huichol se ha levantado contra la explotación minera en defensa del Wirikuta, y actualmente las operaciones de las mineras se encuentran suspendidas, en particular gracias una fuerte movilización social y a amparos legales

Santos de la Cruz Carrillo, miembro del Consejo Regional Wixárika por la Defensa del Wirikuta, ha sido uno de los líderes de la batalla. 


Me dijo en una conversación telefónica que el riesgo sigue ahí y que "no descansarán hasta que el Estado mexicano cancele todas las concesiones mineras existentes en nuestro lugar sagrado, Wirikuta". 

CERRO DE SAN PEDRO... EL FIN DEL MUNDO?

Si existe un caso emblemático en México del impacto de la minería a cielo abierto es aquel del Cerro de San Pedro, del cual la Minera San Xavier extrae oro, subsidiaria de la empresa canadiense New Gold.

 
Dada la lucha ejemplar de las comunidades y de sus activistas reunidos en el Frente Amplio Opositor (FAO), ante la manipulación de la empresa para lograr su propósito en estrecha complicidad con las autoridades, para mí era fundamental visitar la mina del Cerro de San Pedro, localizada a media hora de San Luis Potosí, capital del estado.

 
Quede asombrado por lo que encontré.   
 

Mejor dejo que las fotos hablen por sí mismas.