El 13 de septiembre pasado, tuve el gran privilegio de encontrar a Loran Thompson, en su casa en las orillas del Río San Lorenzo, en Akwesasne, territorio Mohawk en el estado de Nueva York, Estados Unidos. (Audio en inglés)
Guardo de mi conversación que para visualizar el futuro, es necesario saber de dónde uno viene, es imprescindible enraizarnos en nuestra historia.
Las grandes corporaciones son hoy nuestro gran enemigo. Han estado y siguen estando al centro de la colonización, un monstruo imaginado en primer lugar, y luego reconocido por la ley como una entidad con iguales sino más derechos que la gente común y corriente. Debemos reconocer su sed de conquistarlo todo y aquello que nos han hecho y siguen haciéndonos, con la complicidad de los gobiernos.
Una manera de enfrentarlas y hacerles contrapeso, quizás, sea mediante la creación de una comunidad imaginada suficientemente fuerte para impulsar un cambio de sistema, una colectividad enraizada en lo concreto, pensada más allá de las fronteras y donde compartimos, pese a nuestras diferencias, valores y principios que permiten dibujar los contornos de otro mundo.
La tierra está al centro de este proceso, el territorio que debemos proteger porque es el lugar donde podemos reencontrar el equilibrio, como seres humanos, en nuestra relación, nuestro diálogo, con la naturaleza y con la cultura, donde podemos redefinir el lenguaje que nos permite comunicar las unas con los otros.
Konnorónhkhwa: Tu eres la persona en quien pongo todos mis sentimientos, y lo positivo que surge de esta relación constituye una medicina para mí, un remedio que nos vuelve fuertes.